Sopla el levante. Abro puertas y ventanas mientras escucho Desiertos de Edgar Varese, obra en la que el compositor utiliza sonidos electrónicos grabados en oposición a los sonidos intrumentales. Todo vuela a mi alrededor. Es sorprendente como se establecen también conexiones entre el viento y la música, impulsos, movimientos del sonido a través del espacio, ritmos alterados, un timing distinto, otros clímax. La obra de Varese integra cualquier sonido. Entonces ¿por qué se llama Desiertos? Tal vez porque la música y el viento son los sensores que nos revelan que el mundo es inasible y su sonido inaudible.
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