sábado, 22 de diciembre de 2012

Dumas, Comus y las cabezas cortadas







Charlotte Corday asesina a Marat
Alejandro Dumas escribió un relato sobre la ejecución de Charlotte Corday  la asesina de Marat (1), en el que escoge a Jacques-Philippe Ledru, el hijo del mago  Comus, como narrador y testigo. Una elección que no es fortuita. La aparición del género fantástico está íntimamente ligada a la reaparición de lo irracional, a menudo enmascarado de espíritu científico  por las teorías del  mesmerismo, la frenología y el magnetismo animal.(2).

Se trata de una época de radicales transformaciones sociales que suscitan la aparición de visionarios. La  espiritualidad racional de Swedemborg, las conspiraciones de Cagliostro, el fluido magnético de Mesmer o el iluminismo gótico de Cazotte renuevan por completo la literatura imaginativa. O el propio Comus. Con sus ilusiones y ensayos  científicos sobre la electricidad, el magnetismo o la vida después de la muerte excitaba  la curiosidad por el misterio.

Es la época del triunfo de la razón y de la  influencia creciente de la francmasonería. Tiempos en los que el deísmo británico plantea la investigación racional libre de los dogmas religiosos, Newton completa la  concepción del universo solar de  Copérnico y Keppler, Locke efectúa su crítica empirista a la metafísica y la magia blanca se convierte en espectáculo, desprovista de connotaciones sobrenaturales. Pero las experiencias físicas y químicas, las ilusiones ópticas, el hipnotismo se detienen ante un abismo donde les aguarda lo irracional. De manera que, simultáneamente, se popularizan las ciencias ocultas, la magia negra y la cábala. Las convulsiones de la Revolución estimulan la difusión del iluminismo. Circulan historias de aparecidos, se anhela  la piedra filosofal o el elixir de la vida, se interroga a los astros, se cree en la bilocación y se otorga un valor premonitorio a los sueños.



Dumas con Miss Menken

 Dumas encarna este universo agitado a través de Joseph Bálsamo, el protagonista de sus Memorias de un médico (3). Bálsamo es trasunto literario del personaje histórico del conde Cagliostro, transformado  en un nigromante cuya vida se ha prolongado a lo largo de tres milenios, bajo diferentes identidades. Dumas está convencido que escribir sobre historia es escribir la historia de las mistificaciones. La serie publicada en folletón, se sucede  a lo largo de la Revolución Francesa, de manera  paralela a la historia de los Girondinos de Lamartine o la Historia de la Revolución  de Michelet.  Pero Dumas otorga una papel preponderante a las creencias en  lo sobrenatural, a la hipnosis y al magnetismo animal, Un año después, en 1849, escribe Mil y un fantasmas (4). una recopilación de cuentos donde lo fantástico se convierte en un intento de reencantamiento del mundo desencantado por la razón. 

Este nuevo libro se inicia con una introducción epistolar que viene a decir que el autor está cansado del mundo real y tiene intención de buscar su inspiración a través de sus rendijas. Desea abrir las puertas del universo a  la posibilidad. O a la  imposibilidad, a aquello que entra en pugna con la razón. Aunque suponga poner patas arriba la visión imperante del mundo.  Su planteamiento de lo fantástico es similar al que haría un mago en un juego de magia. En parte hipótesis, en parte desafío. Dumas se pregunta por imposibilidad. de que pueda producirse un fenómeno que escapa a la razón. ¿Es posible que…? La pregunta es una manera de rebasar los topes  impuestos por el realismo. 

Antoine Wiertz : Cabeza cortada
El misterio para Dumas es una luz que tantea  la oscuridad. Se puede comprobar en la pregunta que origina el primero de los siete relatos fantásticos que constituyen Los mil y un fantasmas. Nada más comenzar el novelista acude a Fonteney aux Roses con motivo de la apertura de la temporada de caza. Por la mañana, se cruza con un hombre bañado en sangre. Acaba de decapitar a su mujer y viene a confesar su crimen al alcalde del pueblo. Confiesa por temor a lo sobrenatural,  no por qué esté arrepentido. El hombre afirma  que la cabeza cortada de su mujer  le habló e incluso le mordió..

¿Creéis Sr. Ledru. - le espeta a bocajarro al alcalde – que una cabeza puede hablar separada del cuerpo? Dumas escucha la pregunta que sirve de acicate a la imaginación para adentrarse en territorios desconocidos. El alcalde Ledru tiene su propia versión. Para debatirla invita a Dumas a cenar en su casa esa noche. Vive en una mansión que perteneció a Scarron, un ingenio satírico del XVII que casó con una huérfana desvalida, casi niña, que se convertiría con el tiempo en una reina in péctore: Madame de Maintenon, amante de Luis XIV.

En la casa se conservan algunos recuerdos de ambos. Pero lo que llama la atención de Dumas es un buró que encierra un gran número de paquetes de diversos tamaños. Cada uno de ellos guarda una reliquia. Pero no de santos. Reliquias de los reyes de Francia.  Un  pulgar de Francisco I, la rótula de Carlos IX, una costilla de Enrique II, un trozo de cCráneo de Luis XIV. ¿De dónde proceden? El Sr. Ledru asistió  a la inhumación  de los reyes de Francia, forzada por la Revolución en el Panteón Real de Saint Denis. Tuvo el cuidado de reunir un recuerdo de cada uno. Uniendo los diversos fragmentos podría reconstruir monstruosamente el cadáver de la monarquía francesa..  


Géricault:  Cabezas guillotinadas
que utilizó de modelos para  La balsa de la Medusa.
 El Sr. Ledru es médico. No es ese el motivo por el que el asesino le ha formulado  una pregunta tan insólita: ¿Puede hablar una cabeza cortada?  La verdadera razón es que el Sr. Ledru, es hijo de Nicolas-Philippe Ledru, conocido como Comus,  prestidigitador y médico de los guillotinados últimos reyes de Francia.

Esa noche, durante la cena,  Jacques-Philippe Ledru evoca los años en los que su padre “se ocupaba de la educación de mi hermano y de la mía, iniciándonos en todo cuanto sabía de ciencias ocultas y en un montón de conocimientos galvánicos, físicos, magnéticos, que hoy son ya de dominio público, pero que en aquellos momentos eran secretos, privilegio sólo de unos pocos. Recuerda cómo, cuando se desencadena la Revolución, el título de médico de médico del Rey pudo costarle la cabeza. De hecho fue encarcelado. "Gracias a algunas amistades que yo tenía en la Montaña – prosigue su hijo- , conseguí que lo liberaran".

Entre esas amistades señala a Danton y a Camille Desmoulins, Ambos murieron en la guillotina. También afirma conocer a Marat más como médico que como amigo. Choca que Dumas no haga referencia a la enemistad que debió enfrentar a ambos hombres y que no era razón baladí para que Jacques-Philippe Ledru asistiera a la ejecución de su colega. ¿Consideraba Marat a Comus uno de los impostores  que denuncia en su libro Les charlatans modernes ou Lettres sur le charlatanisme académique (5). En este libro arremete contra las instituciones académicas. Comus había sido favorecido por el dictamen de la Facultad de Medicina de París (6). Marat veía en estas instituciones el último bastión de la monarquía (7).


Guillotina: Instrucciones
para su uso
Al igual que la ciencia se convirtió en espectáculo a través de las recreaciones científicas, la revolución fue un imponente espectáculo. Grandes multitudes se congregaban para abatir a los tiranos, promulgar leyes, movilizar ejércitos y propagar el terror. 

Desde que la mayor parte de las actividades dependían del público, la espectacularidad resulta inevitable en la política, las artes escénicas, las artes plásticas, la ciencia y la tecnología, la interpretación musical, el deporte, la restauración y, por supuesto, la literatura.  No se ha reparado suficientemente que el modelo o pauta para esta transformación lo proporcionan los espectáculos de magia. La vida se adapta al bulevar, tal vez por que previamente el bulevar se había adaptado a la vida. 

Todo se convierte en un espectáculo. Una ejecución también. Al igual que Comus, Dumas conocía el secreto de transmutar en espectacular el más mínimo detalle, incluso la tediosa espera, bajo el calor.Desde las dos del mediodía había ocupado un sitio cerca de la estatua de la Libertad. Era un día caluroso de julio; el tiempo estaba pesado, el cielo nublado y amenazaba tormenta. A las cuatro la tormenta se desencadenó; según dicen, fue en el instante preciso en el que Charlotte subió a la carreta. Habían ido a buscarla a la cárcel en el momento en que un joven pintor estaba haciendo su retrato.
Charlotte Corday

No hay tiempo para retratos. Aunque las investigaciones que originarán la fotografía  son simultáneas a  la Revolución, el retrato fotográfico aún no es posible más que a través de las palabras.La muerte celosa parecía desear que nada sobreviviera a la joven, ni siquiera su imagen. La cabeza estaba esbozada ya sobre el lienzo y, ¡cosa extraña!, cuando el verdugo entró, el pintor estaba pintando justamente la parte del cuello que la cuchilla de la guillotina iba a cortar.

La electricidad aliada a las fantasmagorías habían desarrollado una atracción especial por los efectos luminosos y Dumas describe una tormenta impresionante mientras se acerca la carreta con la condenada a muerte.  "Los relámpagos brillaban, la lluvia caía, los truenos sonaban; pero nada había podido dispersar al populacho curioso; los muelles, los puentes, las plazas estaban atiborrados; los ruidos de la tierra cubrían casi los ruidos del cielo. Las mujeres, conocidas con el nombre enérgico de «golosas de guillotina», la perseguían lanzándole maldiciones. Oí esos rugidos aproximarse a mí como se oye el rumor de una catarata. Mucho tiempo antes de que pudiera verse nada, el gentío se agitó; finalmente, y como un navío fatal, apareció la carreta abriéndose paso entre la muchedumbre, y pude ver a la condenada, que yo no conocía, que no había visto nunca.

Hasta aquí  narración tiene un tono realista. Es un viaje a través del tiempo, para reconstruir un momento histórico. Las sensaciones dominantes son la veracidad y la angustia  que crean una atmósfera propicia para la aparición de fenómenos extraordinarios.




Camino del cadalso
"Era una bella joven de veintisiete años, con unos ojos magníficos, una nariz de forma perfecta y unos labios de suprema regularidad. Se mantenía de pie, con la cabeza erguida, no tanto para parecer dominar al gentío, sino porque al llevar las manos atadas a la espalda se veía obligada a mantener en alto la cabeza. Había dejado de llover; pero como había soportado la lluvia durante las tres cuartas partes del trayecto, el agua que había caído sobre ella dibujaba sobre la lana húmeda los contornos de un cuerpo encantador; se habría dicho que salía del baño. La camisa roja que el verdugo le había puesto, le daba un aspecto extraño, un esplendor siniestro, a aquella cabeza altiva y enérgica. En el momento en que llegaba a la plaza, dejó de llover, y un rayo de sol, deslizándose entre dos nubes, vino a juguetear con sus cabellos que hizo brillar como una aureola. Realmente, les juro que aunque hubiera detrás de aquella joven un asesinato, acción terrible incluso cuando venga a la humanidad, aunque yo detestase aquel crimen, no habría sabido decir si lo que estaba contemplando era una apoteosis o un suplicio. Cuando vio el cadalso, palideció; la palidez fue más visible sobre todo a causa del contraste con la camisa roja, que le llegaba hasta el cuello; pero casi al instante hizo un esfuerzo, y terminó por girarse hacia el cadalso que miró sonriendo.

La carreta completa su fantástico viaje  hacia la muerte. En el patíbulo lo real y lo fantástico se contagian. El drama de la ejecución resume todos los géneros en un único espectáculo. En las palabras percibimos  la puesta en escena, la concepción escénica, los decorados, el atrezo, el vestuario, la iluminación,  los efectos especiales y hasta el maquillaje.

"La carreta se detuvo; Charlotte saltó al suelo sin querer permitir que le ayudaran a bajar, luego subió los escalones del cadalso, resbaladizos a causa de la lluvia que acababa de caer, tan rápido como le permitieron la longitud de la camisa que le arrastraba, y la molestia de las manos atadas. Al sentir la mano del ejecutor posarse en un hombro para arrancarle el pañuelo que le cubría el cuello, palideció por segunda vez pero, al instante, una última sonrisa vino a desmentir aquella palidez, y ella misma, sin que nadie la atara a la infame guillotina, con un impulso sublime y casi gozoso, introdujo la cabeza por la horrenda abertura.


Fotograma de una película
dedicada a Charlotte Corday
 Imaginemos, por un momento, que Dumas está describiendo un juego de magia.  El juego de las decapitaciones es  de los más antiguos dentro del repertorio de los magos. A partir de la Revolución, los magos utilizaron un aparato semejante a la guillotina.  ¿Quién no ha percibido la tensión casi insoportable que provoca este efecto? La guillotina se identifica con el imaginario del terror, aunque no deja de ser un instrumento de civilización a la hora de imponer el igualitarismo. Una por una, las mismas palabras que emplea Dumas para describir la ejecución de Charlotte Corday servirían para describir idéntico efecto en un escenario.

La cuchilla bajó, la cabeza separada del tronco cayó sobre la plataforma y rebotó.

El efecto que da forma al anhelo de dominar la muerte, se ha realizado con múltiples variantes. En la Edad Media no existía la guillotina. Se empleaba el hacha, la espada o el cuchillo.  Reginald Scoot reveló  en 1584,  el procedimiento empleado para realizar un juego denominado Head on a plate, una decapitación (8) en la que la cabeza cortada se mostraba sobre un plato junto al cuerpo descabezado. Precisamente Scott  publicó su libro para evitar que las cabezas de los magos acabaran en el plato, condenados por brujería.

Pero el juego es realmente muy antiguo.  Se describe en el papiro de Berlín 3033, conocido como papiro Wescart, escrito entre 1650 a. C y 1540 a.C.  A oídos del  faraón Keops llagan las proezas de  un mago plebeyo, llamado Dedi, Se dice que es capaz de restituir las cabezas a los cuerpos decapitados. Keops le hace llamar y le ofrece a uno de sus prisioneros para que le corte la cabeza. El mago le responde que tal cosa no se ha de hacer con los semejantes. En su lugar le traen un ganso decapitado. Dedi situa el cuerpo en un extremo de la estancia. Y la cabeza en el extremo opuesto. Pronuncía un conjuro y el cuerpo y la cabeza se elevan en el aire, aletean, se aproximan  y se funden de nuevo. El ganso recompuesto cacarea. Dedi repite el efecto con un ave de corral y con un buey.


Cabeza de hombre servida en un plato, ca. 1900
William Robert Bowles (1861–1918 Hopkinsville, Kentucky)
 Como hemos podido apreciar,  los animales fueron sustituidos por seres humanos. Cuando la guillotina se impuso en las ejecuciones públicas, también se impuso en los escenarios. Aunque algunos siguieron practicando métodos tradicionales. El mago italiano Benevol, hacha en ristre, realizaba una versión truculenta en los años veinte del siglo pasado. Naturalmente nunca le vi, Tuve noticia de esta decapitación espeluznante a través de la Histoire de la prestidigitation de Max Dif que reproducía carteles y fotos. Y a juzgar por ellos debía de ser muy efectiva. Yo tenía poco más de veinte años. No he podido olvidarlos. Me basta evocar aquellas imágenes para sentir un cosquilleo desagradable en el cuello.

En los últimos cincuenta años los magos han sustituido  el aparatoso  artefacto de la guillotina por una versión más  manejable sin que desaparezca la tensión que provoca el temor secular. Es difícil no ponerse en el lugar del voluntario sobre cuyo cuello se desploma una afilada cuchilla.

Volviendo al cuento de Dumas, hay un aspecto en las ejecuciones que excitaba la imaginación de la época. Dumas no lo pasa por alto. La cabeza una vez cortada parecía seguir viva y enfrentaba a la medicina de la época, tan influida por el magnetismo,  a un serio  desafía.


Adelaida Hermann: Decapitación
“Fue entonces– prosigue Ledru -  cuando uno de los ayudantes del verdugo llamado Legros, agarró la cabeza por los cabellos y como vil adulación al populacho, le dio una bofetada. ¡Pues bien! les juro que al recibir la bofetada la cabeza enrojeció; yo lo vi, la cabeza, no la mejilla ¿me oyen bien? no sólo la mejilla que había sido tocada, sino las dos mejillas y con un rubor similar, pues el sentimiento vivía aún en aquella cabeza, y se sentía indignada por haber sufrido un oprobio que no figuraba en la sentencia. El pueblo también se percató del rubor y se puso de parte de la muerta y en contra del vivo, a favor de la ajusticiada y contra el ayudante del verdugo. Y, allí mismo, exigió venganza de esta indignidad, y allí mismo el miserable fue entregado a los gendarmes y conducido a la cárcel."

El rubor de la muerta es percibido por el pueblo como si se tratara de un fuego. El gusto por estos pequeños detalles, que hacen girar la historia 180 grados, apuntala la reputación de Dumas como narrador de historias.

-Espere- dijo el señor Ledru, al ver que el doctor quería hablar-, espere, eso no fue todo. Yo quería saber qué sentimiento había impulsado a aquel hombre al acto infame que había cometido. Me informé acerca del lugar en el que se encontraba; pedí permiso para visitarlo en la Abbaye, donde había sido encerrado, lo obtuve y fui a verlo.

"Una sentencia del tribunal revolucionario acababa de condenarlo a tres meses de prisión. No comprendía que lo hubieran condenado por una cosa tan natural como lo que había hecho. Yo le pregunté qué había podido impulsarlo a cometer aquella acción."

-¡Caramba! -dijo- ¡Qué pregunta! Yo soy partidario de Marat; acababa de castigarla por cuenta de la ley, y quise castigarla también por cuenta propia.

-Pero -le dije- ¿usted no comprende que es casi delito violar el respeto que se le debe a los muertos?

-¡Venga, pues! -me dijo Legros mirándome fijamente- ¿usted cree que están muertos porque se les ha guillotinado?

-Por supuesto.


Cabeza de guillotinado
Al llegar a este punto, pensé que Dumas nos había conducido a nosotros, sus lectores, a donde pretendía llevarnos: a lo sobrenatural.

-¡Ah, pues! se nota que usted no ve la cesta cuando están todos juntos; que no los ve mover los ojos, chirriar los dientes durante cinco minutos después de la ejecución. Nos vemos obligados a cambiar de cesta cada tres meses, hasta tal punto destrozan el fondo con los dientes. Es un montón de cabezas de aristócratas, ¿sabe? que no quieren decidirse a morir, y no me extrañaría nada que un día alguna de esas cabezas se pusiera a gritar: «¡Viva el rey!».Ya sabía todo lo que quería saber; salí obsesionado por una idea: la de que esas cabezas estaban aún vivas, y decidí confirmarla.

Pero al intentar hacer lo mismo que el narrador de la historia, descubrí que lo que en tiempos de Dumas era algo sobrenatural ya no lo era. Lo que, entonces, parecía situarse fuera de las leyes de la naturaleza y el universo observable, en nuestro días era una verdad científica.

Albert Camus  (9)  escribió un impresionante alegato contra la guillotina en el que ofrece testimonios tanto más escalofriantes, cuanto que su inventor, el risueño doctor Guillotín consideraba que el condenado no debía sentir nada. Todo lo más: Un ligero frescor en el cuello”. Uno de esos testimonios pertenece a una conferencia impartida  por de los doctores Piedelièvre y Fournier en 1956, en la Academia de Medicina,


Víctima de la guillotina
En la cabeza decapitada, los ojos permanecen inmóviles, con las pupilas dilatadas. Afortunadamente no ven y no presentan anomalías ni opalescencia cadavérica. Ya no se mueven. Su transparencia es viva, pero su fijeza es mortal. Esta situación puede prolongarse varios minutos, incluso horas en los individuos sanos. La muerte no es inmediata. Los elementos vitales sobreviven a la decapitación. La única impresión que extrae el médico de esta horrible experiencia es una vivisección homicida seguida de un funeral prematuro.


Kellar: Cartel

de su auto decapitación


Albert Camus convierte este pavoroso informe médico en un alegato contundente contra la pena de muerte. Añade otros testimonios igualmente espeluznantes: El ayudante de un verdugo declara: “A quien ponemos bajo la cuchilla es a un loco, presa de una verdadera crisis de delirium tremens.  La cabeza muere en seguida. Pero el cuerpo salta literalmente en el cesto, agita las cuerdas. Veinte minutos después, en el cementerio todavía tiene estremecimientos.. El capellán de la prisión de la Santé,  el Padre Devoyod, menciona a un condenado cuya  cabeza decapitada respondía a su nombre.  



Tras palidecer ante tan aterradoras revelaciones, volvamos a la magia. En su sentido más profundo, el planteamiento de los magos en este juego es también un alegato contra la pena de muerte. La cuchilla de su guillotina traspasa el cuello de una persona sin dañarlo. El efecto consiste en devolver a la vida, a través del juego de las decapitaciones o de las cabezas cortadas, lo que la muerte le ha arrebatado. Una de las más bellas versiones, la realizaba Kellar con su propia cabeza. Se desprendía de su cuerpo, flotaba sobre el escenario y regresaba a posarse de nuevo sobre los hombros del mago.



Notas


1. Alexandre Dumas: Los mil y un fantasmas, Madrid, Edaf, 2003

2. Así lo constata  Pierre-Georges Castex,en  Le Conte fantastique en France : de Nodier à Maupassant;  Paris : José Corti, 1987.   

. Alexandre Dumas: Joseph Balsamo. Memorias de un médico. 2 vols. Barcelona : Alba Editorial. 2005.  

4. Alexandre Dumas: Los mil y un fantasmas, Madrid :  Edaf, 2003

5. Jean Paul Marat: Les charlatans modernes ou Lettres sur le charlatanisme
Académique, Paris,: imp. de Marat, 1791.

6. Commentaires de la Faculté de médecine de Paris, 1777 à 1786. Tome 2, introduction, notes et tables / publié sous les auspices du Conseil de l'Université, [s.n.] , Paris, 1903. http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k108029g.r=commentaires+de+la+Facult%C3%A9+de+m%C3%A9decine+de+Paris%2C+1777+%C3%A0+1786+Tome+2%2C+.langES

7.  Christophe Germier: Sociabilité savante et transmission de savoirs dans Eloges des académiciens de l’Académie royale des sciences par le Marquis de Condorcet, Grenoble 2 - UFR Sciences Humaines, Jeudi 23 Février 2012,

8.  Reginald Scoot: The discoverie of witchcraft, London, 1584

 9 Papiro Wescart

!0. Albert Camus, Réflexions sur la guillotine , 1957. Hay edición española en Albert Camus & Arthur Koestler: Reflexions sobre la pena capital, Madrid : Capitán Swing, 2011















 

 


domingo, 9 de diciembre de 2012

De cómo Comus, el escamoteador, llegó a ser médico del rey (Primera Parte)

Aplicación de electroterapia
 Soy -dijo- hijo del famoso Comus, físico del rey y de la reina; mi padre, al que su apodo burlesco hizo que lo incluyeran entre los prestidigitadores y charlatanes, era un sabio distinguido de la escuela de Volta, de Galvani y de Mesmer. Fue el primero que, en Francia, se ocupó de fantasmagoría y de electricidad, pronunciando conferencias de matemáticas y de física en la corte (1). Así comienza el relato que Alejandro Dumas escribió sobre la ejecución de Charlotte Cordey, la asesina de Marat.

¿Quién era el tal Comus? ¿Médico o mago? Se llamaba Nicolas-Philippe Ledru, aunque era más conocido por su apodo. Ejercía la prestidigitación en una época en la que aún no se empleaba esa palabra para designarla. Vivió  los albores de la revolución francesa, cuando la ciencia se había convertido en una de las diversiones preferidas de un público  ávido de novedades y descubrimientos e incapaz de distinguir con claridad las fronteras entre  magia y ciencia. Las recreaciones científicas se encontraban en las barracas de feria y se abrieron paso entre los espectáculos de bulevar (2). 

Esa ambigüedad explica que Comus pudiera ser al tiempo príncipe de los magos y médico del rey Luis XVI de Francia. En sus inicios realizaba sorprendentes juegos de manos. Le abrieron las puertas de los salones de la aristocracia. El duque de Chartres, que luego lo sería de Orleáns, se convirtió en uno de sus discípulos en las artes de destreza y sutileza. No demasiado aventajado, todo hay que decirlo.
Retrato de Comus
Protegido por la nobleza, Comus viajó por Francia e Inglaterra. Durante su estancia en la isla,  aprendió a manejar una amplia gama de instrumentos matemáticos y ópticos, que también recibían el nombre de filosóficos. En la tienda de Edward Nairne, en  Cornhill, Londres, se familiarizó con el generador electrostático que permitía suministrar electricidad para uso médico. En el taller de Jesse Ramsden, en Hallifax, adquirió gran pericia en el manejo de los  instrumentos astronómicos y de medición, que construía este artífice de manera insuperable (3).

 En 1766, Luis XV le otorga una patente para construir instrumentos de física y  para transformar el hierro en acero siguiendo el procedimiento de Knight (4). En 1777  el emperador José IIº adopta la identidad del conde Falkenstein para poder asistir, sin ser reconocido, a las dos sesiones en las Comus que realizó experimentos sobre la descomposición de la luz sin necesidad de lentes o prismas.  En 1781 obtiene el privilegio de compulsar datos del archivo  cartográfico y de las observaciones magnéticas de la Marina fancesa, para elaborar nuevas cartas naúticas y mapas metereológicos (5).

Sus nuevas habilidades le permitieron transformar su repertorio de juegos de escamoteo en un espectáculo de recreaciones Físicas y Matemáticas.  Además logró adquirir un gran  conocimiento de las reacciones del cuerpo humano. A través de los movimientos musculares del rostro era capaz de desentrañar lo que acontecía en la psique. Se presentaba como Físico, un título no demasiado preciso. La  palabra designaba, por aquel entonces,  al  médico como al estudioso de los fenómenos de los que se ocupa la física  E igualmente servía para denominar al  artista que utilizaba las innovaciones de la ciencia física en sus entretenimientos.

A veces resultaba  complicado diferenciar el entretenimiento del experimento,  ¿En qué consistía el repertorio de Comus? ¿Magia o ciencia? Si nos situamos en  1762 y compramos una entrada para su gabinete del bulevar del Temple, tendremos la oportunidad de asistir a diversas experiencias – Comus insistía que útiles -  sobre  matemáticas, sonido, óptica, magnetismo  y electricidad. Estas eran sus especialidades, pero no las únicas pues los experimentos científicos se presentaban como juegos de prestidigitación y, en ocasiones, recurrían a las técnicas del ilusionismo y el escamoteo.

La caja de las cifras y el cisne ingenioso


El efecto de La caja de las cifras, uno de los preferidos de su repertorio, se basaba en las propiedades del magnetismo. En una caja rectangular dividida en ocho compartimentos idénticos y sucesivos, el espectador colocaba  ocho placas de madera, de igual tamaño al hueco de los compartimentos. Cada una de las placas llevaba una etiqueta pegada que indicaba un número. El espectador combinaba las placas como quería,  de modo que formaban un número de ocho cifras. El mago asistía de espaldas a la operación, sin poder ver nada.   Las distintas combinaciones permitían 40.320 números diferentes.

Una vez cerrada la caja, el mago cogía un  pequeño catalejo y  enfocaba la tapa, como si la lente pudiera traspasar la madera. El mago adivinaba la disposición de las ocho cifras elegidas por el espectador.

Idéntico fundamento magnético tenía El cisne ingenioso, un pequeño cisne de porcelana  que flotaba en un pequeño estanque de cobre. Respondía a las preguntas que le formulaban los espectadores. Para ello se dirigía hasta un punto preciso, al  borde del estanque, donde se paraba frente un receptáculo en cuyo interior se hallaba la respuesta adecuada  a la pregunta que le habían formulado.  La habilidad del mago consistía en provocar movimientos confusos y contradictorios, de manera que el cisne vacile y parezca dudar antes de detenerse.

Suspicacias de Diderot

 


Diderot dictando, 1769

Un segundo grupo de efectos tenía que ver con la emisión del sonido. Comus aseguraba que era capaz de transmitir  pensamientos de una persona a otra, aunque estuvieran a distancia e, incluso, separadas por una cortina o una habitación. Para el  filósofo y enciclopedista Diderot este aspecto no pasó desapercibido. En una carta dirigida a su amante e interlocutora privilegiada, Sophie Volland, se queja de que se hubiera perdido una de sus misivas anteriores. Y seguidamente se pregunta: ¿Quién sabe lo que hay en esta carta, en que manos fue a parar y para qué se utilizará?  Estas cuestiones le evocan el recuerdo de los prodigios de Comus.  ¿Perfeccionará Comus su secreto? – ironiza-  Ese Comus es un charlatán  que retuerce  la mente a todos nuestros físicos. Su secreto consiste en  establecer correspondencia de una habitación a otra, entre dos personas, sin la ayuda de ningún agente intermediario. Si este caballero lograra un día  ampliar la correspondencia desde una ciudad a otra, desde un lugar a unos cientos de kilómetros hasta otro lugar, ¡qué maravilla! No necesitaríamos más que tener cada uno una caja. Cada caja sería  como una pequeña imprenta. Y  lo que se imprimiera en una, inmediatamente se  imprimiría a la otra (6). Una premonición del fax.

El tercer grupo lo constituían efectos ópticos. Comus, posiblemente,  fue el primero en emplear la fantasmagoría para provocar una sensación espeluznante.  En la oscuridad,  proyectaba luces  - mediante  linternas mágicas - que se reflejaban en  imágenes pintadas en una tela, de manera que parecían flotar entre el espectador y el lienzo. Al principio, los fantasmas y espectros eran  sólo un punto lejano, casi imperceptible. Gradualmente se expandían y avanzaban hacia el espectador, hasta abalanzarse sobre él, antes de desvanecerse en la oscuridad.

Magia y electricidad


El modo de presentar sus tentativas siempre era espectacular. La electricidad, por ejemplo,  le permitió realizar verdaderos desafíos, muy del gusto de los magos. Anunció la existencia de un fluido universal y aseguró que probaría que era  agente y causa de todos los movimientos. La intervención de este fluido permitía explicar la totalidad de los fenómenos en física. 


Frontisficio del ensayo
sobre la electricidad del abate Nollet
Se cuidaba de formular las experiencias que presentaba con fundamento teórico, pero de la manera más atractiva para el público: ¿Cómo disparar una bala desde un cañón sin utilizar fuego, aire, gas, pólvora o cualquier sustancia que pueda entrar en su composición ? En ocasiones la charla de presentación adquiría tintes dramáticos: En 1782 aseguró que sometería  a descargas eléctricas un diamante para reconocer mediante este  procedimiento  la variedad Mongol de la variedad  Brasil. Seguidamente invitó a los asistentes a que se atrevieran a hacer la prueba con un diamante de su propiedad, en el caso de que estuvieran  seguros de su autenticidad, pues si era falso corría peligro de convertirse en polvo.

Aplicó la electricidad a los imanes y al vidrio, Estudió los efectos del magnetismo. Intentó comprimir  el éter y el oro. También estudió los efectos del  fluido universal en las plantas y los animales, Y acabó aplicando las conclusiones al cerebro y al sistema nervioso de los humanos. Comus estaba convencido de que la electricidad era el principal motor de los nervios. Desde su gabinete en el bulevar se adentró en terrenos que incumbían a la medicina, desarrollando una carrera como médico  que  resulta sorprendente  porque  jamás renuncia a sus actuaciones como mago

Terapeútica de las enfermedades nerviosas

 


Instrumentos para electroterapia

Tiempo atrás había iniciado investigaciones sobre la utilización terapéutica de la electricidad en las enfermedades nerviosas.. Sus investigaciones sobre los efectos de la electricidad en las plantas y los animales, el cerebro humano y el sistema nervioso fueron publicadas en la revista Observations sur la physique, sur l'histoire naturelle et sur les arts, etc que editaba el abate Rozier, y ampliamente citadas por otras publicaciones científicas.  Realizó una tentativa para aplicar sus procedimientos  terapéuticos en el Hotel de Dieu, el hospital más antiguo de París, asociado a la Facultad de Medicina. Pero su propuesta fue rechazada con argumentos diversos como la falta de dinero, la imposibilidad de recibir incurables o el temor a que los ruidos desacreditaran  el establecimiento. Pero ninguno de los informes ponía en tela de juicio su capacidad. Por el contrario insistían en que no se debía confundir a Comus con la clase de los empíricos, es decir con los charlatanes.

Lejos de descorazonarse, Comus decidió instalar  una clínica en el barrio del Marais, con el apoyo del Duque de Orleáns y otras personalidades. Para entonces su hijo se había incorporado a sus experimentos. Juntos administraron  terapias eléctricas para el tratamiento de algunas enfermedades  como la epilepsia o la amenorrea. Fueron de los primeros en utilizar el electroshock.      

El rey le apoyaba. Las presiones del Gobierno lograron que una comisión formada en la Facultad de Medicina de París, la misma institución que había  rechazado a Mesmer y sus teorías,  otorgara a Comus y a su hijo los títulos de médico del rey que les facultaba para administrar electricidad a los enfermos nerviosos y para realizar experimentos que contribuyeran al arte de curar (7). 

El título conferido a Comus provocó algunas protestas en la clase médica. Ciertos facultativos seguían tratándole como un charlatán de bulevar. Uno de los críticos sería el doctor Marat que asumiría un papel destacado en los años turbulentos de la Revolución  que se avecinaba. Por entonces era médico de la guardia de corps del comte d'Artois y autor de un estudio sobre aplicaciones terapéuticas de la electricidad (8)  en el que intentaba determinar los efectos psicológicos del tratamiento , así como  las contraindicaciones y establecer un protocolo de aplicación basado en la mesura y la dosificación. Pero de nuevo la ingerencia del poder impidió que fraguara la oposición a Comus.

Comus revelado sigue siendo Comus


Curiosamente fue su otra faceta, la de mago, la que fue puesta en cuestión por otro médico;  Edmé-Gilles Guyot. Como médico adquirió gran prestigio al describir la trompa de Eustaquio. Era muy aficionado a popularizar la ciencia a través de las recreaciones científicas que mostraba en salas mágicas destinadas a la aristocracia. Perfeccionó la técnica de la fantasmagoría, remedando efectos de tormenta mediante la proyección simultánea y superpuesta de dos diapositivas. Así mismo proyectó imágenes sobre humo, provocando la impresión de apariciones fantasmales.

Su campo de acción fue vasto. Se interesó por la cartografía, las matemáticas, la física y la magia. En el terreno de la magia es relevante su contribución a los efectos con cubiletes. Y también su obra Nouvelles récréations physiques et mathématiques (9) , cuatro tomos, publicados en 1769,  en los que describe y analiza efectos matemáticos,  magnéticos, mecánicos y ópticos,  La obra sigue la senda que inaguraría en Francia Jacques Ozanam con sus Recréations Matématiques et Phisiques, en 1694. Un camino que luego proseguiría Henri Descremps en   La Magie blanche dévoilée, publicado en  1784.

Instrucciones de Guyot para construir
una mesa para la Sirena Adivina.
 Descemps reveló en su libro las técnicas del cavaliere Pinetti,  uno de los grandes magos del XVIII. Otro de esos grandes magos fue Comus y en su libro Guyot se aplica a desvelar los principales juegos de su repertorio.

Es sorprendente la defensa que el barón Grimm hizo de Comús y, en un plamo más general,  del secreto de los ilusionistas. Grima es autor de una extensa correspondencia  con Diderot y otros enciclopedistas y con las testas coronodas más poderosas de la Europa de entonces. .En sus cartas comenta la actualidad del momento.  Por aquel entonces el doctor Guyot se ganaba la vida como empleado de correos.  Así le trata Grim, con desdén aristocrático, al iniciar el comentario sobre su libro (10).: Un empleado de correos de París ha propuesto la subscripción a una obra titulada Nouvelles récréations physiques et mathématiques – escribe- Ha tomado prestado el título de la obra de Ozanam que tienen en sus manos todos los aficionados.  Guyot, más modesto ha pretendido copiar las creaciones que los señores Comus y Pelletier (11), físicos y matemáticos, hacían para divertir al público mendiante  juegos de escamoteo o pasa pasan en el bulevar. Guyot, rival de su gloria, descubre la mayor parte de sus trucos… No se si Guyot pretende arruinar a Comus y Pelletier dando a la imprenta sus secretos. Pero este descubrimiento no les ha hecho ningún mal y las salas en las que realizan sus experiencias físicas y matemáticas, o por hablar menos maravillosamente, sus escamoteos o juegos de pasa pasa, no han contado con un curioso de menos, desde que Guyot traicionó el secreto. Aqui como en muchas otras operaciones importantes de la humanidad, todo consiste en la manera de hacerlo. Comus es hábil, de maneras sencillas, se expresa con facilidad,  no recurre a burlas, ni a los propósitos malévolos de los jugadores de cubiletes… nadie lleva tan lejos la finura y destreza de los escamoteos. Se sabe de sobra que la cualidad magnética por una parte y la destreza humana por otra hacen cualquier prestigio, No se va para ver milagros. Sino para divertirse. Guyot tendría dificultades si dejase su puesto en correos y abriera tienda en el boulevar. Nadie iría a ver sus trucos.


Oleo que representa un putti divirtiéndose
con la máquina electrostática de Ramsden
 y una botella de Leyden.

El libro de Guyot no logró apartar al público de Comus de  su gabinete del bulevar. Tampoco las acusaciones de charlatanismo de algunos médicos  impidieron que su clínica se quedase pequeña. En  1783, inaguró un Hospicio medico-eléctrico en terrenos cedidos por el rey, próximos al convento secularizado de los Padres Celestinos. Consideraba Comus que las enfermedades nerviosas eran consecuencia de la alteración del fluido nervioso – en el caso de la epilepsia – o de su suspensión – en el  caso de la catalepsia-.  Las descargas eléctricas con la botella de Leyden estimulaban su redistribución por todo el cuerpo.

En este sentido creo que el barón Grimm demuestra bastante buen criterio, Desde su punto de vista la actitud de Comus es abierta y clara, en contraste con las prácticas ocultas de Pierre Mesmer. Comus, efectivamente, da un gran salto desde el bulevar al ejercicio de la medicina. Pero ¿por qué no abandona el bulevar? Sin duda porque un mago muere siendo mago. También porque para Comus no existía contradicción alguna entre las dos actividades. Hombre sumamente ilustrado, consideraba que sus espectáculos populares contribuían a difundir el conocimiento de la ciencia y a desterrar la superstición.

Notas

1. Alexadre Dumas; Los mil y un fantasmas ; prólogo y traducción de Mauro Armiño ; Madrid : Edaf, 2003 
2. Emile Campardon; Les spectacles de la foire: théâtres, acteurs, sauteurs et danseurs de corde, monstres, géants, nains, animaux curieux ou savants, marionnettes, automates, figures de cire et jeux mécaniques des foires Saint-Germain et Saint-Laurent, des Boulevards et du Palais-Royal, depuis 1595 jusqu'à 1791. Documents inédits recueillis aux Archives Nationales, Volumen 1,  1877 . 
3. Robert M. Isherword:  Farce and Fantasy: Popular Entertainment in Eighteenth-Century Paris.
New York ; Oxford : Oxford University Press, 1989.
 
4. J.R. Michaud: Biographie Universelle, ancienne et moderne, Tomo XXIII, Akademische DRuck, Graz,  Austria, 1968.
5. J.P. Lobies: Dictionaire de Biographie francaise, Fascículo CXVII, Letouzey et Ané, Paris, 2007. 3 Guyot desvela sus trucos.
6. Lettre de Denis Diderot à Sophie Volland du 28 juillet 1762. En  Denis Diderot ; Cartas a Sophie Volland ¸edición, prólogo y notas de Laurent Versini ; traducción del francés de Núria Petit; Barcelona : Acantilado, 2010.
7. Jean Torlais,  Prestidigitateur célèbre chef de service d’électrothérapie au XVIIIe siècle, Ledru dit Comus (1731–1807), Histoire de la médecine 5, no. 2 (Febreroy 1955): 13–25;
8. Jean Paul Marat:  Mémoire sur l'Electricité Médicale, couronné le 6 août 1783 par l'Académie royale des sciences, belles-lettres et arts de Rouen. A Paris, de l'imp. de Jorry, libraire-imprimeur de Mgr le dauphin, rue de la Huchette. Chez N. T. Méquignon, rue des Cordeliers, près de Saint-Côme. 1784. 
9.  Edmé-Gilles Guyot: . Nouvelles récreations physiques et mathématiques, 4 vols, 1769-70.
10. Friedrich Melchior von  Grimm :  Correspondance litteraire, philosophique et critique de Grimm et de Diderot, depuis 1753 jusqu' en 1790, Paris, Furne, 1829 .
11. Peletier regentaba un espectáculo de autómatas, devorado por el fuego en 1762, en el incendio de la Feria de  Saint-Germain.