lunes, 25 de junio de 2012

La doble vista de Robert-Houdin


La doble vista
Los fenómenos de transmisión del pensamiento fueron introducidos en el mundo del espectáculo de la mano de uno de los más grandes magos de todos los tiempos: Robert-Houdin.

Presentaba la experiencia con el nombre de La doble vista. Vendaba los ojos de su hijo Emille y, seguidamente, se dirigía solicitando que le entregaran los más variados objetos, sin nombrarlos.

Uno tras otro, Emile adivinaba los objetos que no podía ver.

La primera vez que se representó este efecto obtuvo una fría acogida. El público receló de la existencia de compadres. Pensaba que quienes entregaban los objetos estaban estaban conchavados. Algunos regresaron al día siguiente para constatar la veracidad de su sospecha.

Robert Houdin perfeccionó el juego. Al comunicarse con su hijo sustituyó las palabras por una campana como su puede ver en el grabado. De esta manera desterraba la idea de que pudiera utilizar un código convenido. Sin que mediaran palabras, Emile llevaba un ramo de rosas a una dama que, previamente y en secreto, había sido elegida por uno de los espectadores. También ejecutaba las acciones que los asistentes susurraban al oído de su padre.

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