miércoles, 20 de junio de 2012

Kreskin pide un préstamo


Keskin
Les voy a pedir un préstamo, señores y señoras: Préstenme durante unos minutos su imaginación.
Con este insólito sablazo inicia Kreskin su número de mentalismo en el que trata de adivinar el pensamiento a los espectadores.

Todos nos hemos formulado la pregunta, alguna vez: ¿Los mentalistas son capaces de adentrarse en nuestras mentes y sacar algo en claro de las circunvalaciones de nuestro cerebro? Podemos contestar con Keskin: Los ilusionistas no hacen milagros, sino misterios".

Kreskin es uno de los mentalistas más brillantes de todos los tiempos y ha afirmado más de una vez que el no realiza milagros sino misterios.

El siempre ha tenido presente esta concepción a la hora abordar el tema de la magia de escena y de los pretendidos poderes supranormales en el mundo del espectáculo.


Mandrake

En sus comienzos le fascinaban los dibujos de Mandrake el mago. Pero se dio cuenta de que sus gestos no se ajustaban a la sensación mágica que pretendía trasmitir. Mandrake se valía de los aspavientos del hipnotizador para crear la ilusión de la magia.

Keskin se veía a si mismo como un lector atento de la mente. Para él el verdadero escenario, donde suceden los acontecimientos interesantes, donde se crea la ilusión, donde se percibe el misterio, es el cerebro del espectador. La verdad de ilusión está en la mente.
Así se lo dijo a Lee Falk, el dibujante de Mandrake, cuando se encontraron años más tarde.  Si le hubiera conocido a usted, Kreskin, cuando cree a mi personaje, Mandrake hubiera sido un mago distinto - respondió Falk - No fue así y para Mandrake usted acabará convirtiéndose en el mago ideal, el mago que le hubiera gustado ser.
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