Ayer estuve en el estreno del Festival de Magia de Madrid, que dirige Jorge
Blass. Conmueve, turba y estremece. Este VIIº Festival es el festival de la
intensidad y de las emociones. Como escritor siempre he perseguido que la magia
trasmita la emoción del misterio y de lo
imposible, pero no a costa del resto de las emociones que afectan al ser humano.
La dramatización, la construcción del personaje, el manejo de los hilos de la
ficción son los instrumentos que
permiten contar esas historias esenciales, muchas veces sin necesidad de palabras,
que laten en un juego de magia.
Creo que Jorge Blass ha acertado al convertir en objetivo
primordial del Festival transmitir las emociones
y sentimientos más profundos, sorteando la banalidad y el chiste fácil. Esa es
la magia que le emociona desde niño y es la magia que logra trasmitir en sus
actuaciones.
Los que tuvimos la fortuna de estar en el Price la noche de ayer, pudimos ver a CHRIS TORRENTE, un mago sobrado de recursos, enfrentarse a lo que no existe. Es un excelente número cómico, de gran originalidad, que quizá no debería abrir un espectáculo en el que los espectadores empiezan a degustar lo cómico cuando ya han calmado sus hambres de magia.
La ucraniana GALINA le sigue – tal vez debía precederle - con un acto en el que los prodigios se engarzan en la danza. Bellísimas las transformaciones que moldea su larguísima mata de pelo e impactantes, sin duda, los efectos de levitación, la bola que flota, que crecerán cuando se ajusten por completo los tiempos, el ritmo y la coreografía
JAN REINDER crea con eficacia impresionante el suspense y sobrecoge. Magia de desafíos, que protagoniza el riesgo y el peligro, de los que hace partícipe al público.
MARCO ZOPPI suscita
machadianos mundos sutiles con las pompas de jabón. Y de pronto, en la piel de ese cosmos traslúcido que atrapa las irisaciones y reflejos de la luz, los resplandores candentes y pasajeros, logra abrir un agujero preciso: Una circunferencia en la nada que su mano atraviesa. Para tocar con la punta de los dedos ¿qué?
De EL GRAN CARLINI quiero escribir con más tiempo y espacio. Justo Thaus es un viejo y entrañable amigo que poco a poco ha dejado de ser Justo Thaus. Porque, queridos amigos, a veces la magia se produce, fuera del escenario, se fragua durante largos años de ensayo. En ocasiones las transformaciones ocurren antes de suceder sobre las tablas. Imaginad que Gepetto no se distingue de Pinocho, ni Pinocho de Gepetto. Sucede que para dar vida al Gran Carlini, Justo Thaus ha ido borrándose, desvaneciéndose. El Gran Carlini empezó siendo una marioneta que quería hacer magia como cualquier chavalillo que se inicia y ha acabado siendo un MAGO con mayúsculas. Para ello Justo tuvo que inventar las técnicas de manipulación precisas durante muchos años. Y una vez que lo logró esperar a que la respiración y el soplo de la vida anidara en el pedazo de madera. Hasta que un día El Gran Carlini dejó de ser un títere y … ¿A quien abracé al terminar el espectáculo?
El Gran Carlini había sido un sueño de Justo, pero al hacerse realidad ¿Quién sueña a quien? ¿Quién maneja los hilos? Es el Gran Carlini quien forma parte del elenco de la producción internacional “The Illusionist 1903”, quien acaba de actuar tres meses en Broadway, el nombre que luce en los luminosos de los grandes teatros de Norteamérica, el mago al que ayer pudimos ver al fin en Madrid dejando en el aire esa pregunta: En verdad ¿Quien maneja los hilos? ¿La realidad o la imaginación
Y vimos también a HECTOR MANCHA. Este hombre no apaga fuegos. Los provoca. Pura dinamita en el escenario. Para empezar ha dinamitado la figura del mago incorporando la estética de la inquietud y la duda. El tiempo en su acto está relacionado con el tiempo en el teatro de Samuel Beckett: La magia como la espera de algo que puede suceder. Relacionado también con la estética del cine expresionista alemán que no rehúye lo mórbido, lo tenebroso, lo siniestro. Me parece un gran mago representativo de los tiempos actuales: No hace imposibles. Provoca enigmas e incertidumbre. Es la estética del hombre perplejo, del refugiado, del perseguido. Su magia es el árbol que florece a pesar de todo en el paisaje desolado de Auswitch, en los sanguinarios campos de batalla o en las brutales fronteras cerradas.
Y como
colofón JORGE BLASS en su triple condición de mago, director del Festival y
productor. Como mago su capacidad de comunicación es sencillamente pasmosa.
Pocos artistas pueden actuar ante mil y pico espectadores y dar la sensación de
estar hablando con los labios pegados a la oreja de cada uno. Sucede con la
lengua de los pájaros, en la que hombres, mujeres, ancianos y niños escuchamos
distintas melodías. Siempre busca capturar
para la magia cualquier nueva realidad que irrumpe en el mundo que nos rodea. Esta
vez fue un drom que adivinaba las cartas. Y al tiempo resucita números clásicos
formidables, caídos en el olvido. Como aquel en que convierte en mago a un
espectador. Es la magia como convicción que comparte con el público con una
naturalidad prodigiosa quien desde niño ha vivido más tiempo al otro lado del
espejo.
De sus
aciertos como director ya he hablado al principio. Me gustaría añadir que el
espectáculo que ha concebido empieza abriendo una puerta y termina logrando que
los espectadores salgamos del teatro llevando con nosotros esa puerta abierta
de par en par.
Y como
productor encabeza un equipo de profesionales excelentes que mantienen una
continuidad encomiable, lo que le permite encarar con garantías cualquier
proyecto complejo, cualquier reto.
El mundo de
la magia ha de agradecer su labor al sacar adelante un festival de tan gran nivel y exigencia.
Del 15 de febrero al 12 de marzo
Circo Price. Madrid
De miércoles a viernes a las 20:30h. ¬ Sábados a las 17:30h y a las 20:30h. ¬ Domingos a las 12h y a las 18:00h.
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