martes, 16 de octubre de 2012

Gracián, la fuente de los engaños y los bebedores de agua



Los bebedores de agua
Florent Marchand
Bebedor de agua

Adivino de verdades, tahúr del discurrir, de este modo se define Gracián por su manera de pensar. A menudo recurre al universo de la prestidigitación para trazar las imágenes que precisan su pensamiento. El horizonte del barroco, para los que viven en él, está dominado por el engaño o, por usar la rica terminología de Gracián, por las invenciones, ardides, entratagemas, asechanzas, trazas, ficciones, embustes, enredos, embelecos, dolos, marañas, ilusiones, trampas, fraudes, falacias y todo género de italiano proceder.

En la Crisis VIIª del El Criticón (1), nos toma de la mano y nos lleva hasta La Fuente de los Engaños. Este episodio maravilloso constituye la, clave de su pensamiento. Todos cuantos bañan los ojos en la fuente ven deformada su visión en color o perspectiva. Al final del capítulo Andrenio - el hombre natural y sin malicia- y Critilo - el hombre experimentado y crítico - asisten a una sesión de magia. Después de haber pasado las calles de la Hipocresía, de la Ostentación y Artificio, llegaron ya a la Plaza Mayor, que era la de Palacio, porque estuviese en su centro… Aquí vivía, o aquí yacía, aquel tan grande como escondido monarca, que muy entretenido asistía estos días a unas fiestas dedicadas a engañar el pueblo no dejándole lugar para discurrir en cosas mayores. Estaba el Príncipe viéndolas bajo celosía, ceremonia inviolable, y más este día que hubo unos juegos de manos, obra de gran sutileza, muy de su gusto y genio, toda tropelía.

Seguidamente describe la actuación de un mago. ¿Está inspirada en una actuación real? ¿Es una creación literaria? El espectáculo tiene lugar en la plaza convertida en corral, en su doble acepción de lugar destinado a las comedias y a las bestias. Estaba la plaza hecha un gran corral del vulgo, enjambre de moscas en el zumbir y en el asentarse en la basura de las costumbres, engordando con lo podrido y hediondo de las morales llagas. A tan mecánico [con el sentido de vulgar, bajo indecoroso] aplauso, subió en puesto superior (más descarado que autorizado, cuales suelen ser todos los que sobresalen en las plazas) un elocuentísimo embustero, que después de una bien paloteada arenga, comenzó a hacer notables prestigios [como se denominaban a las engañosas apariencias], maravillosas sutilezas, teniendo toda aquella innumerable vulgaridad abobada.

¿En que consistía su repertorio? Entre otras burlas bien notables, les hacía abrir las bocas y aseguraba les metía en ellas cosas muy dulces y confitadas, y ellos se lo tragaban; pero luego les hacía echar cosas asquerosísimas, inmundicias horribles, con gran desaire de ellos y risa de todos los circunstantes. El mismo charlatán daba a entender que comía algodón muy blanco y fino, mas luego, abriendo la boca, lanzaba por ella espeso humo, fuego y más fuego, que aterraba. Tragaba otras veces papel, y luego iba sacando muchas cintas de seda, listones de resplandor [Se trataba de cintas doradas o plateadas que se utilizaban entre otras cosas para recoger el pelo] y todo era embeleco, como se usa. [Entendido embeleco como juego de enredo o engaño].

Baltasar Gracián
¿Qué clase de efecto es este? Consiste en ingerir una materia y devolverla transformada en otra o en una multiplicidad de componentes distintos.  Se trata de un juego muy antiguo que describe Ateneo de Naúcratis (hacia 200 d.C.) en su Banquete de los sabios al referirse a los danzarines y juglares famosos en los teatros de Grecia. Tras citar a diversos ilusionistas que turbaban con sus trucos el juicio de los hombres, menciona a un tal Diopites de Lócride que actuó en Tebas. Bebía agua y devolvia alternativamente vino y leche. Aseguraba que aquello le subía del estómago (2). Diopites empleaba al efecto una vejigas ocultas que rellenaba de ambos líquidos.

En tiempos de Gracián (1601-1658) existen noticias de un efecto de magia similar que dio origen a un género específico de prestidigitadores que recibían el nombre de Los bebedores de agua. En España existen testimonios de que Juan Roge de Lille, al que hoy llamaríamos ilusionista y entonces denominaban tramoya o tropelista, ejecutaba esta clase de suerte. En los carteles que anunciaban su espectáculo aseguraba que era capaz de ingerir dos arrobas de agua y, a continuación, expeler de su cuerpo vinos tintos y blancos, vino de Italia, vino Moscatel, sidra, cerveza de Flandes, aguardiente y vinagre de vino de Jerez; además, añadía que extraería de su cuerpo todos los productos de la huerta necesarios para hacer una sabrosa y completa ensalada.

El cartel decía así:

Señores míos:

Aquí ha llegado a esta ciudad el maravilloso Bebedor de agua, que ha hecho maravillar a su Majestad Cesárea y otros Potentados, de los que por tan raras virtudes ha obtenido amplísimos privilegios, porque bebe dos arrobas de agua, y la hace salir de su cuerpo en diferentes vinos, tintos .y blancos, y vino de Italia, vino grave, vino moscatel, vino de Borgoña, vino de Orlien, vino de Forontinaga, vino de manzanas, llamado sidra, y cerveza ,de Flandes, olio de aguardiente y vinagre de todas suertes de quinta ciencia ,de espíritu, que se saca con alambique, tan gallardo y con tanta fuerza que se verán quemar, y de aguas de olores, de rosa, de limón y de flores de naranjas, de jazmines y de todas suertes de flores.


Hará ver también salir de su boca una fuente de agua odorífera de todas suertes de flores y colores, en tanta cantidad, que cada uno puede tomar por 'curiosidad, y guardarla, y también hará salir de su boca de todas suertes de confites, y de toda suerte de ensalada fresca, como si entonces la hubiera cogido en el huerto y la hecha alta una pica, por lo que le llaman la octav maravilla de el mundo, dejando muchísimos otros secretos que tiene y posee y no se meten aquí, y los verán todos lo que gustaren, por lo que les convidamos a ver esta curiosidad, asegurándoles que quedaran gustosos y maravillados.

Aloja en ...
[espacio en blanco para poner el nombre de la posada]. Impreso en Granada. En la Imprenta Real. Por Baltasar de Bolívar. En la calle de Abenamar. Año de 1655 (3).


Bebedor de agua
En noviembre de 1655 el Fiscal del Santo Oficio lee el cartel, a la puerta de una posada de Toledo. Pregunta a quién pertenece. Le responden que se trata de un extranjero. Inmediatamente le denuncia a la Inquisición, porque “usa de muchas supersticiones en virtud de pacto que tiene con el demonio”; En su escrito señala que tras beber gran cantidad de agua, una vez en el estómago, “echa por la boca muchos géneros de vinos, aguas y ensaladas, lo cual es contra el orden natural, no pudiendo ser menos – insiste - que con pacto que tenga con el demonio”,


Juan Roge es detenido y conducido tres días después ante el Tribunal. Por entonces tiene treinta dos años y no era la primera vez que se enfrenta a una situación de este tipo. Los inquisidores le preguntan si conoce el motivo de su arresto. Contesta que supone que es a causa de los juegos de manos que anuncia en los carteles que mandó imprimir para fijarlos en los lugares donde actúa, A continuación asegura que sus prodigios son consecuencia de procedimientos naturales, sin intervención sobrenatural y menos aún diabólica. Los inquisidores le piden que sea más explícito. Roge contesta que no es fácil explicar lo que hace porque su arte se compone de una combinación de “diferentes secretos", es decir de diferentes técnicas y tropelías que era como se llamaban entonces los trucos. Tiene miedo de que al revelarlos ante el tribunal, alguien pueda vulnerar el secreto procesal y aprovecharse de ellos para suplantarle y privarle de su forma de vida. Aún así está dispuesto a ofrecer una explicación que disipe las duda de los jueces. Empieza diciendo que el bebe mucha agua que combina con bases diferentes, como las tinturas extraídas del árbol de Brasil o el palo de Campeche.  De esta manera se producen los diferentes colores que expulsa el cuerpo, creando los distintos vinos y licores que pide el juego. De este mismo modo opera para el olor, empleando substancias como el agua de rosas. “ El aguardiente y las aguas de olores las toma en seco, fingiendo que todo es agua clara”. Al igual que la ensalada que “trae dispuesta y la toma como que es agua, con agua la traga y después la echa”. En cuanto a los confites, los toma junto al agua y los conserva en la boca y después con el agua lo echa mas recio, con la destreza y costumbre que tiene para obrar dichas cosas".

Para terminar, propone hacer una demostración ante el Tribunal, aunque solicita que le otorguen algún tipo de ayuda pecuniaria para hacerlo, porque el espectáculo es costoso y en el interviene además de su mujer, mucha gente y sólo el carruaje “le questa cada día de cuatro a seis reales de a ocho”.

Sabemos que Roge obtuvo el pasaporte para marchar a Madrid y la licencia para continuar con sus actuaciones. El 17 de Noviembre de 1655 Jerónimo de Barrionuevo informaba en sus Avisos (4) de su llegada a Madrid.. Barrionuevo le llama Bachio, pero fechas, lugares, repertorio y circunstancias permiten pensar que se trata del mismo Juan Roge. Ya está aquí en Madrid el que echa por la boca después de haberse bebido dos de agua, diversas cosas, vinos de todas suertes y colores, aguardiente y vinagre, confites, ensalada, flores y aguas de colores y otras cien mil baratijas, de que los Reyes han gustado mucho. En los corrales de comedias le veremos todos después, que hasta ahora no sale del Retiro. Todo esto hace por medios naturales y aprobados por la Inquisición, donde ha estado dos veces y salido libre.
Obtuvo un éxito notable. El mismo Barrionuevo informa días después: Los arrendadores de los patios de las comedias se conciertan, que no quiere de otra manera el tramoyista dejarse ver en ellos. Le dan 400 reales todos los días de Cuaresma; el pide 500 y no menos. Es un tesoro lo que todos le dan. Se bebió el otro día 14 vasos de agua. Las damas le pidieron claveles y los echó luego por la boca y otras leguejas, y vomitó dos cogollos. Parece cosa de encanto. Fue todo esto, delante de los Reyes, en el Retiro. Hasta que lo vea no lo he de creer.

La descripción que hace Gracián de la actuación del mago parece extraída de la contemplación de un espectáculo similar. No necesariamente el mismo pues el primer tomo del Criticón fue publicado en 1551. Gracián se vale del juego para establecer una analogía con la vida - La fiesta era una farsa con muchas tramoyas y apariencias - . y una correspondencia con la esfera moral. ¿Quién crees que es ese mago, pregunta Critilo a Andrenio? Y el mismo se responde: Es un falso político llamado el Maquiavelo, que quiere dar a beber sus falsos aforismos a los ignorantes.


Utiliza, pues, la imagen del mago, sus juegos, para describir y desacreditar las ideas de Maquiavelo que promovía la razón de estado y no la justicia como principio rector de la política: ¿No ves cómo ellos se los tragan, pareciéndoles muy plausibles y verdaderos? Y, bien examinados, no son otra cosa que una confitada inmundicia de vicios y de pecados: razones, no de Estado, sino de establo.

Théophraste Renaudot

Roge no es el único mago de la estirpe de Los bebedores de agua de los que tenemos noticia. Hacia finales de la década de los 30 – del siglo XVII en el que nos encontramos – un hombre de rostro y cuerpo alagados como personaje de un cuadro de El Greco, de ojos grandes y encendidos, hizo su aparición en la Feria de Saint-Germain, en París. Se dudaba si era maltés o italiano. Su actuación suscitó toda clase de hipótesis en los círculos intelectuales de París. El filántropo, médico y precursor del periodismo, Théophraste Renaudot resume las diferentes posturas que adoptaros los ocho intervinientes en una sesión dedicada a ofrecer una explicación racional a los prodigios del Bebedor de agua de la Feria de Saint Germain. Se celebró en el Bureau D´adresse que dirigía el propio Renaudot, una institución de beneficencia que permitía poner en contacto a los empleadores con los demandantes de empleo, en cuyos locales se celebraban unas célebres conferencias en las que se debatían ideas políticas, religiosa, filosóficas y científicas. Temas tales como la mandrágora o el unicornio, el éxtasis, las características de los negros; si es mejor acostarse tarde y levantarse por la mañana, o hacer lo contrario; si el hierro aplicada a un tonel impide que se corrompa el vino y por qué; a qué edad hay que casarse. En realidad se trata de un descubrimiento del mundo físico al que trataban de encontrar fundamentos naturales y despojárle de las explicaciones sobrenaturales, encantamientos y hechicerías imaginados a lolargo de la Edad Media (5).

Renaudot encuentra muchos motivos de admiración en Manfredi. La primera maravilla es la capacidad natural de su estómago, que no comprende cómo puede alojar tanta agua. La segunda es la velocidad con la que la ingiere. La tercera es la forma como la expulsa. La cuarta es la manera como se mezclan las sustancias variadas en el estómago y la capacidad de combinar hierbas y flores para formar una ensalada. La quinta es la mutación de colores que nos transporta al país de las metamorfosis. La sexta es la distancia a la que lanza el agua desde el fondo de estómago. Y además hacia lo alto, movimiento contrario al que hacen los cuerpos al perder agua, movimiento que no es natural, sino provocado por una subterránea violencia. En definitiva no tiene una idea clara de cómo lo hace, pero no duda que existe una explicación razonable. Si el maltés es mago, como imagina el pueblo- concluye - hará maravillas que sean origen de algo más que una fuente, en lugar de que todo su poder se restrinja a reintegrar los licores que ha bebido previamente. Si acusamos de Magia a todo lo que no sabemos, acabaríamos acusando de magia a casi toda la física(6)”

Dibujo de Descartes
Descartes aventura una fantástica explicación en respuesta a una carta del sacerdote y matemático Marin Mersenne. Respecto al bebedor italiano es necesario ver la representación para tener los elementos de juicio precisos ; pero a partir del informe que me habeis remitido yo diría que debe tener un agujero bajo el mentón consecuencia de alguna herida y que por el hace pasar los líquidos. (7)

Años después los sabios seguían dándole vueltas al asunto: Pregúntale, también, ¿cuál podría ser el secreto de aquel Bebedor de agua, que se dio a ver en París veinte años ha, y cómo se podía hacer, que echando agua de su boca, llenase al mismo tiempo cinco o seis vasos diferentes de agua de diversos colores ? – escriben Antoine Arnauld y Pierre Nicole en Arte de pensar o lógica admirable en 1683 - Si se imagina que esas aguas de diversos colores estaban dentro de su estómago y que ellas separaba al arrojarlas, echando una de un color en un vaso y otra de diverso color en otro, se buscará un secreto que nunca se hallará, porque no es posible ; cuando no se necesita otra cosa que inquirir ¿por qué el agua salida al mismo tiempo de una misma boca, parecía de diversos colores en cada uno de los vasos? Y hay mucho indicio de que esto procedía de alguna tintura, que de propósito se había puesto en el suelo o fondo de los vasos (8).

Parece ser que el cardenal Mazarino no pudo resistir la curiosidad y encarceló a otro de Los bebedores de Agua, conocido como Blose hasta que le reveló su secreto.

Discípulo de Manfredi, Floram Marchand mostró el efecto en Inglaterra, presentándose como The Great Water Spouter. El éxito fue fulgurante. Se enriqueció en poco tiempo. Pero fue traicionado por sus dos socios, Thomas Peedle y Thomas Cozbie, descontentos con el reparto de los beneficios. En un un folleto titulado The Falacie of the Great Water-drinker Discovere (10), dieron a conocer en detalle el procedimiento del que se valía.

Bebedor de agua
Posiblemente Manfredi
Antes de subir al escenario tiene que preparar primero el estómago. Para ello toma una pastilla del tamaño de una avellana confeccionado con la hiel de una novilla, hervida con harina de trigo.

Después ingería cuatro o cinco pintas de agua tibia, para provocar un vómito inicial y vaciar el estómago. Necesitaba evitar que durante la actuación pudiera expulsar restos de comida, que convertirían su número en un espectáculo más que desagradable, repugnante.

Previamente Marchand prepara una cocción con dos onzas de árbol de Brasil, cortadas en rodajas finas y hervidas en tres pintas de agua.

Cuando la infusión está tibia bebe medio litro. Entretanto lava los vasos que va a utilizar con un buen vinagre de vino blanco. Justo antes de entrar en el escenario enjuaga y seca el primero de los vasos que va a emplear para que el efecto del vinagre no merme el color rojo del agua de Brasil que hará las veces de un vino tinto.

Seguidamente bebe otros 24 vasos más de agua tibia. Con el primer vómito rellena cuatro vasos con un líquido que imita el rojo oscuro y saturado del Burdeos. La pastilla que ha tomado por la mañana y el agua tibia le fuerzan a vomitar , de manera que si quisiera detenerse no podría.

A partir de ese momento producirá un vino más claro y, también, cerveza. Conviene observar que los vasos que contienen la pretendida cerveza no han sido lavados y conservan todo el poder del vinagre para rebajar la intensidad del colorante del árbol de Brasil. A medida que Marchand va expulsando más y más líquidos, lo que sale por su boca adquiere un tono más pálido, similar al de la cerveza inglesa, por una parte, y al borgoña y al vino blanco por otra.

De este modo la venganza logró desvelar lo que no logró descubrir el raciocinio. Ya Gracián había dicho que La fuente de los engaños está en nosotros mismos, en nuestros deseos y que precisamos ojos en los mismos ojos, para mirar como miran. Sabia máxima que suscribiría cualquier ilusionista.

Notas
(1) Tomo I, Crisis VII en Baltasar Gracián. El Criticón; Edición crítica y comentada por M. Romera-Navarro, Philadelphia : University of Pennsylvania Press, 1938-1940 3 vols.

(2) Ateneo: Banquete de los eruditos, Libro I, 20 A, pág, 125. Edición y traducción de Lucía Rodriguez-Noriega, Madrid, Editorial Gredos, 1998.

(3) Existe ejemplar del cartel, incautado por la Inquisición estampado en Granada,
en la Imprenta Real. Así como un expediente que recoge los interrogatorios . (Archivo Histórico Nacional , Inquisición, leg. 94, exp. 15). Ver también Mercedes de los Reyes Peña:  Nueva entrega sobre carteles del teatro aúreo en El siglo de Oro en escena. Homenaje a Marc Vitse, Presse Universitaires du Mirail, Toulouse, 2006

(4) Tomo I, 219, Aviso de 17-11-1655 en Jerónimo Barrionuevo de Peralta (1587-1671) Avisos (1654-1658); edición y estudio preliminar por A. Paz y Meliá Madrid : Atlas, 1968-1969 2 v..Ver también Agustín G. de Amezúa y Mayo: Un juglar de antaño en : Opúsculos histórico-literarios, Tomo III, Madrid, Instituto Miguel de Cervantes, CSIC, 1951

(5) Sobre el Bureau D. adresse y el clima intelectual de la época ver Simona Mazauric: Savoirs et philosophie à Paris dans la première moitié du XVIIe siècle : les conférences du bureau d'adresse de Théophraste Renaudot (1633-1642) , Paris Cedex : Sorbonne, 1997

(6) Théophraste Renaudot : Du Beauveur déau de la Foire de Sant Germain,   ccxxxi conference 120 a 150 en Recueil general de questions traitées en  Conferences du Bureau d´adresse sur toutes sortes de matieres par les plus Beaux Esprits de ce temps, Tome Sixieme, A Lion, Chez Antoine Valancon, 1667

(7) Oeuvres de Descartes / publiées par Charles Adam & Paul Tannery.. Nouvelle présentation, en co-édition avec le Centre National de la Recherche Scientifique Paris : III, p. 42 : J. Vrin, 1964-1974.

(8) Arte de pensar, ó Lógica admirable / escrita en frances por Don Antonio Arnaldo Doctor sorbónico, y traducida en español por Don Miguel Joseph Fernández... con la censura del P. Doct. D. Eusebio Amort dada á luz en latín y puesta en castellano por el mismo Traductor Publicación: Madrid : Antonio Muñoz del Valle, 1759

(9) Thomas Peedle y Thomas Cozbie, The Falacie of the Great Water-drinker Discovered, B. Alsop, 1650





3 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Ramón,

      Como siempre, el asombro en la punta de tus dedos. Veo que no te falla la motricidad fina. ¡¡¡Muy interesante!!!

      F. Amílcar Riega i Bello.

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  2. Excelente trabajo de orfebrería verbal-conceptual esto de Gracián y los bebedores de agua. Prodigio grandioso de barroca fontanería.
    El suceso me recuerda otro que cuenta sir Kenelm Digby en su célebre Discurso de 1658 en Montpellier. Lo toma de Petrus Servius, que fue médico del Papa Urbano VIII, y que en su libro "De unguento armario, sive de naturae artisque miraculis" (Roma, Dominicus Marcianus, 1642) habla de una monja que meaba cantidades ingentes a pesar de no beber apenas. Era de la familia de los Franchi, por lo que fue tratada por los mejores médicos romanos, siendo curada en 1637 por Gabriel Fonseca. Así lo refiere sir Kenelm, ofreciendo con su relato la explicación del fenómeno: "Se trata de una religiosa que por exceso de ayunos, vigilias y oraciones mentales, había calentado de tal modo su cuerpo que se diría todo de fuego, hallándose sus huesos por completo desecados y calcinados. Así pues, este calor, este fuego interior, al atraer poderosamente el aire, hacía que dicho aire tomase cuerpo en su organismo, tal y como ocurre en la sal de tártaro. Y al hallarse completamente abiertos todos los pasajes, confluía de todas partes allí donde se encuentra el desagüe de las serosidades corporales, la vesícula, donde se resolvía en agua por la orina en cantidad increíble, pues en algunas semanas produjo más de doscientas libras de agua cada 24 horas".
    Saludos.
    Anaxildes Segobiensis

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